Los círculos de mujeres no son sólo un grupo de mujeres ordenándose en círculo. Hay, como si dijésemos, ingredientes de gran valor sin los que no podría crearse un circulo que realmente este vivo y funcione.
Me viene un símil con la cocina, recordando a mi abuela haciendo potaje. No sólo es cuestión de echar todo a la olla. Un buen guiso requiere de unos tiempos y un cuidado si queremos que sea nutritivo y medicinal. Poner los garbanzos la noche antes, lavar bien las verduras, añadirle col para alcalinizar el caldo de la acidez de la carne, comprar la pringue en el carnicero de confianza y dejarlo al fuego el tiempo necesario. En computo, una serie de rituales que hacen que el cocinado sea algo sagrado, es decir: que la comida se convierta en medicina.
Lo mismo ocurre con un círculo. Existen una serie de ingredientes y protocolos sagrados que hacen que una reunión realmente sea mas nutritiva y efectiva.
La cocina, un círculo o cualquier cosa hecha con respeto y devoción se puede convertir en medicina. Fregar los platos, pasear, e incluso respirar con atención nos puede ayudar a aliviar dolores, serenarnos y simplificar la vida.
El círculo siempre debe ser guiado por una persona, a veces dos, o lo que se estipule, según el número de personas que participen, en el caso de que sea uno muy grande. Sin embargo esto es algo que suele darse de forma muy puntual. Lo que tenemos mas a nuestra mano y que resulta mas cómodo y sencillo es un grupo pequeño con el que poder contar asiduamente.
La persona que guía, puede ser participante de un círculo, sin embargo, una persona participante del círculo no debería guiarlo. No todas las personas en ese sentido son iguales. El hecho de que te comprometas a asistir a un circulo, no implica que estés preparada para guiarlo.
A veces se relaciona un círculo de mujeres con algo libertino, donde todo vale. La persona que guía sabe que esto no es así, y por eso ocupa ese lugar. Lo saturnino, las normas, los protocolos y el respeto hacia algo mas sólido, también forman parte de un círculo de mujeres. Y es precisamente esto, lo que hace que un círculo funcione.
A parte de esto, un circulo es un espacio en el que sentirte segura, un lugar donde puedes estar bien, y puedes encontrar herramientas que te sirvan fuera del circulo para seguir estando bien.
Es un lugar donde también vamos a divertirnos, a soltarnos, a desgranarnos. Donde podemos reconocer nuestra propia diversidad en un hallazgo sorprendente de lo que mucho que somos por dentro.
Un círculo de mujeres es femenino. Esta hecho por mujeres, para mujeres y entre mujeres. Y tiene un sentido mas profundo que el que pueda parecer a simple vista. Un sentido que descubres y entiendes cuando acudes a celebrar uno .
La fotografía del título pertenece a Marcella Giulia Pace, quien dedicó diez años a capturar los diferentes colores de la luna.
Hasta aquí la lectura de hoy. ¡Hasta pronto!